Es cierto que las agendas laborales y programación de tareas puede que suenen justamente a todo lo contrario a una rutina de cuidado personal, ¿pero me creerías si te confieso que es una de las maneras en las que he aprendido a mimarme en los últimos años?Yo también durante mucho tiempo me perdí en la organización de mis propios objetivos diarios, me saturaba de tareas e intentaba llevar una agenda, pero semanalmente claudicaba en el intento.Por supuesto, era de esperarse que este comportamiento me llevara a mantenerme en un estado de constante estrés, de malhumor, porque simplemente nunca podía lograr una estructura organizativa.Las investigaciones en neuropsicología explican que las acciones que se repiten constantemente a través del tiempo, se convierten en hábitos, y eso es lo que experimenté cuando encontré la manera de organizarme semanalmente.¿Cómo lo logré? Para empezar, comencé a tomar un día y una hora específica en la semana para organizar los pendientes por venir durante los próximos días. De esta manera, aprendí a configurar mi mente a que entrara en un estado anímico relajado, que me permite relajarme.
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