La política de “cero COVID” del país, y la carga que ha supuesto para la economía, los viajes y la vida cotidiana, ha provocado un debate continuo sobre si ese sigue siendo el mejor camino para gestionar los riesgos que plantea la pandemia. En algunos casos, los confinamientos han ocasionado una escasez generalizada de alimento y otros artículos básicos, como sucede en la ciudad de Yining, también conocida como Gulja. Ahí, los habitantes han estado encerrados durante más de un mes y se quejan de que se les obliga a pasar hambre o a soportar penosas condiciones en los campamentos de cuarentena.
Esas situaciones han impulsado un debate sobre si la política de “cero COVID” sigue siendo el mejor curso de acción para manejar los riesgos impuestos por la pandemia. Pero Xi Jinping, líder de China, ha apostado gran parte de su reputación política en esa estrategia y parece tener toda la intención de apegarse a ella.